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El confinamiento eleva la demanda de terapia psicoanalítica on line

El impacto sicológico de la cuarentena en tiempos de COVID 19, ha multiplicado las consultas psicológicas a través de medios virtuales y convertido en cotidiana una herramienta que desde hace algunos años ha sido indispensable para los profesionales venezolanos de la salud mental en diáspora, quienes se mantienen en contacto con sus pacientes por esta vía, de acuerdo con esta respetada psicólogo clínico y psicoanalista venezolana

Ansiedad, aburrimiento, frustración, incertidumbre, soledad, temor al contagio… En los últimos meses, buena parte de la población mundial ha experimentado efectos en su bienestar emocional y psíquico derivados del distanciamiento social ordenado para intentar contener la propagación global del COVID-19.

Esta situación ha elevado la necesidad de atención psicológica e incrementado la posibilidad de sostener sesiones de terapia por internet, sin alterar el aislamiento preventivo.

Para profesionales como la venezolana Sodely Páez Delgado, psicólogo clínico y psicoanalista, quien acumula una invaluable experiencia en la atención a través de recursos tecnológicos; la cuarentena ha ampliado las posibilidades de brindar esta modalidad de atención a quien lo requiera y, a la vez, ha generado una gran discusión en webinars, cursos y conferencias entre psicoanalistas a nivel local e internacional.

“En este contexto mi experiencia ha sido muy diversa. He recibido una alta demanda de atención terapéutica, on line. El movimiento intrapsiquico que esta pandemia ha provocado ha sido sumamente intenso y nos ha obligado a investigar, compartir nuestras experiencias, pensar entre todos las mejores respuestas a las infinitas interrogantes por ella generada, así como a brindar contención específica a personas que se han visto dominadas por el miedo y la ansiedad que este enemigo invisible y potencialmente mortífero ha provocado”, afirma.

Explica que también inciden los problemas inherentes al confinamiento indefinido decretado en todo el mundo. ”Conflictos de pareja exacerbados,, tensiones entre padres e hijos, frustración, agresividad, perdida laboral, dificultades económicas, etc. Es una crisis que afecta a la población mundial y todos nos hemos visto sacudidos emocionalmente de una manera u otra, pero como lo comentaba en Tu Terapia en Línea, plataforma a la que pertenezco, el modo en que cada uno responde a ella es absolutamente individual, depende de nuestra subjetividad, de nuestros recursos internos, de nuestra experiencia personal, de nuestra organización defensiva”.

Puntualiza la experta -quien desde hace algunos años forma parte del staff de Psicodiaspora, red de profesionales de la salud mental integrada por psicólogos y psiquiatras venezolanos que ofrecen apoyo a población migrante de todo el continente que requiere atención y acompañamiento psicológico alrededor del mundo-; que la cuarentena hasta ahora representa la única medida de prevención eficaz, con todo y sus consecuencias, especialmente difíciles en Venezuela, la terapia on line ha sido una gran aliada.

«Gracias a la tecnología, hoy la psicoterapia está al alcance y disposición de la mayoría y en estos tiempos terribles, es la herramienta por excelencia», reitera.

Diván virtual
Páez Delgado comenta que hace más de una década, se he venido sirviendo de los dispositivos digitales para conducir tratamientos en línea de forma independiente, así como desde Tu Terapia en Línea y por el servicio de atención de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas.

“Ahora son muchos y más sencillos de usar. Antes solo teníamos el teléfono, luego el Skype, alguna que otra forma de video llamada, pero ahora contamos con el FaceTime, que me permite atender pacientes hasta en Australia o China, el WhatsApp, el Zoom y muchos más. La verdad es que son herramientas de enorme utilidad pese a las resistencias iniciales de algunos y de la propia Asociación Psicoanalítica Internacional, que ahora no han tenido más remedio, por la cuarentena mundial, que acceder a ellas”, señala.

También explica que, debido a las circunstancias de los últimos años, los venezolanos hemos sido pioneros en su empleo. “Nos resulta fácil y cómodo, acostumbrados y obligados al principio a sostener los tratamientos de los que se vieron forzados a emigrar desde hace casi 20 años ya. Primero me toco atender desde mi propio país pacientes que migraban y querían mantener el contacto terapéutico y luego, a partir de mi propia migración en 2010, pacientes que quedaban o me eran referidos desde cualquier lugar. Ya no hay fronteras, los pacientes que recibo hoy en día pueden ser de cualquier parte del mundo”.

En cuanto a las diferencias entre la atención presencial y la terapia en línea, argumenta: “Eso es innegable y es la inquietud de los que aún lo objetan o se oponen a su uso, pero la realidad ha demostrado que la terapia on line es tan eficaz como la presencial, un recurso para el paciente y para el analista en la conducción de la cura de tratamientos a distancia”.

Agrega la catedrática que la diferencia fundamental es el cuerpo, “el que no está presente en la terapia on line, el que desaparece en el marco referencial del trabajo y el proceso analíticos: los cuerpos tanto del analista como del paciente,. Se pierden datos como el desplazamiento del cuerpo en el espacio, la relación del paciente con su cuerpo, el contacto físico a través del saludo con un beso , una palmada o un choque de manos, la temperatura corporal, la transpiración, el olor, la vestimenta, etc.”.

En este marco, enfatiza Páez Delgado que la palabra cobra mayor relevancia y los silencios a veces se hacen más breves y difíciles de tolerar. “Las interrupciones en la conexión por fluctuaciones de la internet, el tono de voz a veces más elevado, todos nuevos elementos a tomar en cuenta para introducir como parte del trabajo en esta modalidad. Son formas de trabajo a través de vías diferentes, pero el trabajo sobre el inconsciente, con la misma técnica analítica de interpretación, en transferencia, se mantiene”.

Consultada acerca de cuáles son las inquietudes y situaciones que han afectado más a la población atendida en la situación de cuarentena, responde que, en su caso y en el de algunos de sus colegas, el miedo, la ansiedad y la depresión las manifestaciones clínicas más recurrentes, bien sea por agudización de sintomatología preexistente o por reacción critica aguda y especifica. “En casi todos, el temor es al contagio, la amenaza de muerte propia o de un ser querido, la pérdida económica, de empleos, despidos, todos peligros ciertos y realistas”.

Destaca que resulta esperable que todos estemos preocupados, ansiosos, en una medida u otra, pero “el problema lo vemos cuando el miedo, la ansiedad y la tristeza se convierten en una constante, exceden la capacidad de razonamiento lógico del individuo, interfiere en las relaciones con los otros y en el propio bienestar, se tornan inmanejables, y escalan hacia las crisis de ansiedad, pánico o depresión, Antes de esa escalada ya es indispensable la ayuda terapéutica¨.

En cuanto a la forma en que la actual circunstancia de distanciamiento afectará a las relaciones y vínculos sociales, apunta: “Sé que hay mucho optimismo en muchos profesionales y gente de todas partes acerca de las consecuencias o el después del Covid-19: que vamos a ser mejores personas, más solidarios, empáticos, que sacaremos un gran aprendizaje de todo esto para la humanidad y para el planeta. Yo soy más escéptica. Creo en la compulsión a la repetición, en que nos cuesta mucho cambiar modos, vínculos, patrones, resolver conflictos, traumas y que eso es posible solo gracias al trabajo analítico, personal”.

“Por supuesto que existe una fuerza de voluntad y una pulsión de vida que nos llevan a crear y a sobreponernos a toda adversidad pero creo también, sin hacer futurología, que podemos hacernos más temerosos y suspicaces los unos de los otros y que el miedo al contagio del virus podría extrapolarse a otros miedos, al contacto humano, a la intimidad, a quedarnos cómodos en nuestras casas trabajando aislados con el ‘síndrome de la cabaña’, que ya algunos han observado y que refiere al acostumbramiento a la casa, a no salir y condensar en un mismo espacio diferentes lugares y ámbitos de la vida: laboral, social, familiar, recreacional, eentre otros. Todo on line», complementa.

Para ello, concluye, «es clave el estar, analizar y acompañar a nuestros pacientes utilizando para ello, los recursos tecnológicos que hoy tenemos”.

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