El príncipe Harry devolvió el dinero de la renovación de su residencia junto al castillo de Windsor, tal y como había prometido al dejar sus deberes dentro de la Casa Real británica.
El costo, estimado en 2,4 millones de libras (más de US$3,1 millones) entre 2018 y 2019, fue cubierto con el dinero de los contribuyentes a través del llamado Sovereign Grant (fondos públicos para la Casa Real), pero Harry y su esposa, Meghan Markle, prometieron que lo devolverían.
La residencia de Frogmore Cottage es una casa construida en el siglo XIX por donde pasaron diferentes miembros de la realeza británica e iba a ser el hogar de los duques de Sussex.
El portavoz del príncipe Harry afirmó este lunes que se pagó la cuenta de restauración en su totalidad.
«Esta contribución, tal como la ofreció originalmente el príncipe Harry, cubrió por completo los costos de renovación necesarios de Frogmore Cottage, una propiedad de Su Majestad la Reina, y seguirá siendo la residencia británica del duque y su familia», indicó.
El Sovereign Grant es el dinero que el gobierno le da a la Reina y con el que se pagan los salarios de la Casa Real, los viajes oficiales y el mantenimiento de los palacios.
Durante décadas, la financiación de los contribuyentes fue un tema delicado para la Familia Real. Los críticos señalan que el Sovereign Grant genera que la monarquía viva de manera extravagante.
Harry y Meghan habían acordado devolver el dinero de la restauración como parte de los planes elaborados cuando renunciaron como miembros de la realeza en marzo.
En enero de este año, los duques de Sussex anunciaron que dejarían de usar el título de Su Alteza Real y por ello dejaron de recibir financiamiento público al dejar de ser miembros activos de la familia real.
Harry y Meghan, exactriz, viven ahora en Estados Unidos y recientemente firmaron un contrato con Netflix para producir contenido.