La hallaca es una tradición navideña en Venezuela y se ha vuelto popular en algunas ciudades colombianas que están cerca de nuestras fronteras como Cúcuta y Barranquilla (donde puede encontrarse en todo el año), en la Isla de Curazao y sus vecinas Aruba y Bonaire, entre otros lugares.
Esta hallaca consiste en un pastel hecho con masa de maíz saborizada con un caldo de gallina y coloreada con onoto, rellena con un guiso de carne de res, gallina, cerdo o pollo, se le agregan aceitunas, uvas pasas, alcaparras, pimentón y cebolla, se envuelve de forma rectangular en hojas de plátano y finalmente se amarra con pabilo para colocarla en una olla con agua caliente para cocinarla.
En Venezuela es una tradición hacer esta hallaca en familia. Pero alguna vez te has preguntado ¿De dónde viene esta tradición?
Según una historia «fantasiosa» venezolana, cuenta que el nombre de la hallaca proviene de la combinación de dos palabras: Allá (refiriéndose a los componentes del guiso que provienen de otros países) y Acá (refiriéndose a la masa y a las hojas de plátano) donde Allá y Acá se combina y, mejorando esta combinación, se crea la palabra «Hallaca».
El origen del plato se remota en los años de la colonización por parte de España, en los siglos XV y XVI atribuyéndose en forma legendaria e invención a los esclavos y sirvientes indígenas, quienes recogían los restos de las preparaciones de sus opresores para armar un plato heterogéneo que les sirviese de alimento extra a sus comidas habituales. Proviene de los esfuerzos que tomaron los españoles para «mejorar» el tamal.
La hallaca constituye un claro ejemplo interesante de las consecuencias del mestizaje y sus manifestaciones de carácter universal. Arturo Uslar Pietri dijo una vez: «Es un ejemplo claro del proceso de mestizaje. En ella están: las pasas y las aceitunas de origen romanos y griegos, la alcaparra de los árabes, la carne del ganado de los capitanes pobladores de Castillas, el maíz y la hoja de plátano de los indios».