Desde hace dos décadas Johnny Depp es dueño de un encantador pueblo en la región gala de Provenza, conformado por doce edificios, dos piscinas, una bodega, un gimnasio, una pista de patinaje, una iglesia e incluso un restaurante. El lugar tiene casi 17 hectáreas.
Ahora, luego de disfrutar de esta propiedad durante largas temporadas junto con la que fue su pareja, Vanessa Paradis, y sus dos hijos en común, Lily-Rose y Jack, el actor de Piratas del Caribe decidió deshacerse del pueblo.
El actor pide por la encantadora propiedad, que se encuentra en los alrededores de Plan-de-la-Tour, a 30 kilómetros de Saint Tropez, 55 millones de dólares. En 2001, cuando adquirió el pueblo, gastó 20 millones de dólares en remodelaciones.
Aunque la propiedad fue el refugio del actor durante décadas, no es extraño que quiera deshacerse de ella. En otras oportunidades, Depp intentó vender sin éxito el pueblo con el fin de conseguir dinero para hacer frente a su proceso de divorcio de Amber Heard.
“¿Sabes lo que hago ahí? ¡Absolutamente nada! A veces no salgo de la propiedad durante tres meses. Cuando me despierto, me voy al jardín, veo si las verduras han crecido bien, si algunas flores comienzan a florecer. Nunca suena el teléfono. Los niños son el único tema de conversación, todo gira en torno a ellos. ¿Los vamos a sacar a pasear? ¿Comemos con ellos en casa o vamos de picnic? Estos son los problemas que se nos plantean”, contaba el actor hace tiempo a la publicación francesa VSD.
Depp y Heard se separaron en “buenos términos” en 2016; sin embargo, todo cambió cuando la actriz aseguró dos años después en un artículo que el intérprete abusó de ella.
Desde entonces están inmersos en una guerra judicial que terminó por salpicar la carrera del actor en Hollywood, pues Warner Bros decidió romper el contrato que tenía con él para la película Animales Fantásticos.