Lo más importante siempre es la comunicación: dejar hablar a la otra persona y estar dispuesta a escuchar lo que tiene que decir es la clave.
Imagina que tuviste una discusión con tu pareja a raíz de algo que dijo o hizo. Seguramente, no quiso lastimarte pero igual te sientes herida. Cuál es la mejor forma de reaccionar después del altercado. A continuación, te dejamos unos cuantos consejos que podrían ayudarte:
Deja atrás el tema de la discusión.
Solo cuando el asunto que originó la discusión deje de controlar tus pensamientos podrás aceptar hacer las paces. De lo contrario, seguirás haciendo reproches por un tema que tienes que dejar ir. Ten en cuenta que debes buscar tu paz mental.
Mantén el contacto físico.
Evita alzar la voz y gritar. Acércate a tu pareja para generar una sensación de tranquilidad. Controla tu lenguaje corporal: no cruces los brazos, ni esquives la mirada. Relájate y permite que se de la oportunidad de tocarse, no es bueno crear barreras.
Permite hablar a tu pareja.
Escucha con atención lo que diga. Y cuando te pida disculpas, acéptalas de una manera sencilla y generosa. No lo hagas pensar que tiene que humillarse para que se dé la reconciliación. Todos cometemos errores y él no es la excepción.
Acepta las demostraciones de afecto.
Una discusión hace que las dos partes de una relación se mantengan distantes y tensas. Es muy reconfortante volver a sentir la seguridad del amor del otro: es el bálsamo que termina de cerrar la herida de la discusión.
Rememora el por qué lo quieres.
Un buen ejercicio es destacar los aspectos que te enamoraron, que admiras o que te seducen de tu pareja. Y comunícaselo: demuéstrale que estás feliz de estar a su lado y que lo eliges una vez más como compañero de vida.
Si por el contrario, sin ánimos de buscar culpables, fuiste tú quien originó la discusión, concéntrate en qué fallaste y asegúrate de que es algo que no volverías a hacer. De lo contrario, cuál es el punto de estar discutiendo constantemente con tu pareja y hacerlos infelices a los dos.