El limón es la fruta con más usos medicinales y terapéuticos del mundo, gracias a su alto contenido en vitaminas. A pesar de su sabor, es un poderoso neutralizante de la acidez en la sangre y es considerablemente depurativo.
Digestivo Es considerado digestivo y purificador de la sangre, al tener un gran poder eliminador de toxinas y ser un poderoso bactericida. El limón disuelve y expúlsalas toxinas que se encuentran en varias partes de nuestro organismo, ya sea en la sangre, en los órganos o en los tejidos.
Desodorante: Gracias a sus propiedades es considerado un desodorante natural, muy adecuado para uso diario en aquellas personas alérgicas a los desodorantes comerciales, la técnica para utilizarlo se basa en pasar por las axilas un algodón empapado de zumo de limón, luego del baño. Hay que usarlo con mucho cuidado y no exponerse al sol luego de la aplicación.
Antiséptico: el limón ayuda a calmar ciertas afecciones en las vías respiratorias, así como algunas inflamaciones de la garganta, como afonía y amigdalitis. Esta es la razón por la que se hacen gárgaras con jugo de limón diluido con un poco de agua tibia.
Eliminador de grasas: Esta fruta ejerce una acción beneficiosa sobre el sistema cardiovascular en casos de hipertensión arterial, debido a que los ácidos cítricos ayudan a oxidar y eliminar las grasas que obstaculizan el trabajo del corazón, además, son un gran disolvente de las sustancias tóxicas del plasma sanguíneo. Para estos casos, se recomienda beber el jugo de un limón en ayunas mezclado en medio vaso de agua en ayunas.
Diurético: Uno de sus beneficios es que actúa como un diurético natural, estimulando la eliminación de toxinas de nuestro cuerpo y que no sólo se dé por medio del sistema digestivo, sino que suceda también a través de la vejiga y los riñones, incrementando la cantidad de orina.
Aclarante: El jugo de limón es considerado hace siglos un buen remedio natural para quitar las manchas oscuras de la piel. Para disminuir las manchas: primero aplica el zumo de limón en el lugar de la piel que deseas aclarar, déjalo actuar 15 minutos y luego enjuágate bien con agua y jabón. Por último, sécate suavemente con una toalla y ponte la crema hidratante que usas habitualmente.