Existen hábitos o comportamientos, sinónimo de señales, para entender que es momento de dar por terminada una relación. Es necesario saber ‘leer’ las señales que envía el otro para saber si quiere o no continuar con el vínculo.
Carencia de llamadas
Al inicio de la relación, la pareja se comunica permanentemente con el fin de saber cómo está o cómo se siente el otro. Cuando algo no va bien, una de las partes está interesada en lo que sucede con su pareja, pero no existe reciprocidad.
Desaparecen las sorpresas
Una señal de crisis es que desaparece el hábito de sorprender al otro. Cuando ya no hay detalles que busquen generar emoción, hay indicios de que el final puede estar cerca.
Menos sexo
Al principio, los momentos de pasión e intimidad eran continuos y emocionantes. No es buen síntoma que con el paso del tiempo alguno de los miembros de la pareja carezca de interés por el sexo y se caiga en la rutina.
Prefiere a los amigos
No se trata de que el círculo ‘social’ se limite a la pareja, lo idóneo es compartir tiempo con amigos y que cada uno disfrute de su espacio. Sin embargo, algo va mal cuando se prefiere hacer más planes con las amistades, que con la pareja.
Trabajo, sinónimo de excusa
Es probable que los miembros de la pareja tengan mucho trabajo y eso implique, en ocasiones, horario extendido en la oficina. Lo que puede resultar extraño es que a diario la agenda de trabajo implique esas modificaciones, o que la jornada laboral sea una excusa para evitar compartir con la pareja.
La comunicación cotidiana disminuye
A esto hay que añadirle factores como la pérdida de comunicación, comportamiento que implica carencia de diálogo, los temas de interés mutuo son cada vez menos. No se conoce cómo se siente cada uno.
El respeto es vulnerado
Finalmente, el respeto es otro indicador de la calidad de la relación. Si la pareja se habla y trata violentamente es mejor replantearse el futuro.