Dar un buen recibimiento a tus invitados es garantía de éxito.
La primera toma de contacto es fundamental para lograr la impresión que quieres que se lleven.
¿Por qué no sorprenderles con un kit de bienvenida?
En él puedes incluir desde la clásica bolsita con arroz para tirar a los novios tras la ceremonia hasta un abanico para hacer frente al calor durante la misma, detalles graciosos para la fiesta posterior o el regalo que queréis que se lleven como recuerdo.
Todo vale con tal de facilitar el día lo máximo posible a los invitados. Lo primordial es dar con los elementos y el estilo que encajen con el tipo de boda que vais a celebrar para lograr el efecto deseado.
Puedes organizar en bolsas de tela o de papel reciclado, en pequeñas cajas de cartón o de madera, o incluso en neceseres personalizados si su presupuesto se los permite, y entregarlos en mano a la llegada a la ceremonia o dejarlos a la entrada del recinto para que vayan agarrándolos uno a uno.
Para las bodas que son fuera de la ciudad, en la que los invitados tienen que reservar un hotel, lo mejor es dejar en cada una de las habitaciones la bolsa o caja con todo. Además, en estos casos, puedes incluir una pequeña guía de la ciudad en la que se celebra el enlace para que todos tengan información práctica para disfrutar de ella los días anteriores o posteriores a la fiesta.
Y como en todo lo que se refiere al sector nupcial, esta tendencia importada de Estados Unidos va cobrando cada vez más fuerza en nuestro país. Sobretodo, los divertidos ‘kits antiresaca‘ en los que incluir colirio para los ojos, acetaminofem, alka seltzer… seguro que más de uno se los agradecerá.