Caracas 19 de enero de 2023.
Rafael Amaya no sólo regresa a la nueva temporada de El señor de los cielos sino también a una mejor etapa de su vida, luego de haber enfrentado problemas de salud que lo llevaron a rehabilitarse para superar la adicción a las drogas. Esa etapa, aclara, ya quedó atrás e incluso prefiere no abordarla.
«Es un lado oscuro y siniestro al cual ya no quiero volver a regresar y, para estar en la luz, hay que estar en la oscuridad, ahora estoy en la luz, mucho trabajo, me siento muy contento», dijo en entrevista a dos años de haber hablado públicamente del tema.
El actor estuvo desparecido del ojo público después de terminar de grabar la séptima temporada de El señor de los cielos y fue a finales de 2020 que se dio a conocer que se le había dado de alta de rehabilitación en la clínica de Julio César Chávez.
Ahora la atención del actor está en la serie en la que interpreta al narcotraficante Aurelio Casillas y que se estrena por la señal de Telemundo (en Estados Unidos), la cual, afirma, no ha incitado a la violencia que se ha presentado en el país.
«Lo que hacemos es reflejar una realidad con la que estamos viviendo, ficcionándola, no podemos tapar el sol con un dedo y eso es lo que caracteriza El señor de los cielos, que nos acerca mucho a la realidad, dándoles tintes de ficción para que sea entretenido para todos, es nuestra responsabilidad como artistas reflejar la realidad», asegura el actor.
Pero más allá del trabajo, en este momento más iluminado, el actor de 45 años de edad también está enfocado en su bienestar personal y al respecto habla un poco sobre su pareja, Maritza Ramos, con quien lleva dos años y medio de relación.
«Tengo novia y mi corazón está muy contento. Ha sido mi cómplice en todos mis aspectos, es una mujer maravillosa quien me ha acompañado durante todo este proceso de lados buenos y lados malos», detalla.
Además de Amaya que regresa como principal, a la octava temporada se integran nuevos rostros, uno de ellos el de la actriz África Zavala (Mercedes “Mecha” de la Cruz), quien tendrá escenas románticas y candentes con Amaya.
«Me encantó la luz que tiene este personaje, diferente a lo que hemos visto en todas las series, me da muchísimo nervio porque llego a una familia con personajes que la gente adora, espero que les guste el trabajo que estoy haciendo», comenta Zavala.
Roberto Cortada (Fernando Aguirre) y Stephano Morales (Ángel Flores) son otros de los actores que debutarán en esta entrega acompañando a Aurelio Casillas, personaje que Amaya ha interpretado también en series derivadas como El Chema.
Una estrella que ha estado desde que nació el proyecto es Carmen Aub (Rutila Casillas) quien ha visto una evolución personal y profesional durante estos 10 años, quien ha aprendido de su papel el ser una mujer temperamental, con carácter.
«El mero mero está de regreso, todos lo estábamos esperando, no veíamos venir esta nueva temporada, estamos exprimiendo todo el jugo, disfrutándolo y eso se va a reflejar en la pantalla. A pesar de que no vamos a perder la esencia de lo que es en cuanto a acción, en cuanto a la sexualidad de los personajes, vamos a ver un lado mucho más real de lo que significa ser narcotraficante, el estar huyendo, el enfrentarse a las muertes», opina Carmen Aub.
Como parte de la preparación para la narcoserie, gran parte del reparto aprendió a usar armas, aunque no son reales. Al respecto, Stephano Morales, quien será parte de los nuevos adversarios de los Casillas y buscará hacerles la vida imposible, ahonda sobre las escenas de enfrentamientos que eran complicados porque todo debía ser muy sincronizado.
«Todo el tiempo tuve el miedo de que las balas no sean de salva, cuando eran de gas o de aire todo bien, pero cuando eran de salva a mí sí me daba miedito porque han sido dos, tres casos en la vida del cine y la televisión, pero ha pasado que justo las armas no están totalmente bloqueadas o que las salvas no son realmente salvas, entonces suceden accidentes. Afortunadamente en El señor de los cielos no ha pasado».
Por ello es que Alejandro Félix (Chatarrero) indica que aprendió a revisar bien las armas y cuando tiene una real preparada no la suelta para que el gatillo no corra el riesgo de ser jalado por alguien más que él.
Noticia: El Nacional.