El cantante Raphael, de 73 años, dice ya no temerle a la muerte de tan cerca que la ha tenido.
Raphael tuvo que ser sometido a un trasplante de hígado, luego que en 2002 tuviera muchas complicaciones en su salud, recurrente de una hepatitis que dejó su hígado inutilizable.
“La hepatitis no apareció porque no me cuidara, sino que la tenía de toda la vida. Cuando me arreglaron ese problema, me encontré con las fuerzas de un recién nacido. Era un volver a empezar, con toda la experiencia acumulada hasta entonces, pero con la vitalidad a tope. Hoy reconozco que la fuerza que tengo ahora se la debo a eso. Y sigo cuidándome, claro”, dijo el cantautor.
“A la muerte, como ya la conozco porque la tuve al lado, le he perdido el respeto. No le tengo ningún miedo… Y tampoco es pa’ tanto”, dijo el intérprete